Cayendo en el inmenso abismo de la búsqueda del llamado éxito y la dichosa felicidad, me había visto atrapada en una ambiciosa e ilusa visión, de esas que en trampas nos lleva a creer necesitar más de aquello mundano, superfluo y artificial.
Analizado fija y fríamente en la profundidad de mis sueños, cuanto de aquello que nos da más no he sabido aprovechar, cuanto de aquello por lo que respira mi ser he dejado escapar, tantas cosas que vienen y van, tantos caminos que no podre volver caminar jamás, opacamente he puesto más atención aquello de lo que me podía quejar, sin poner una solución real.
Cansada de tal fastidio, empiezo a disfrutar más, ya no tengo ganas de sufrir una y otra vez, mas he de gozar hasta la tristeza más inmensa como la más grande de mis alegrías, voy decidida a la nueva aventura, este año he experimentado muchos nuevos comienzos y muchos de estos trajeron desesperación, tristeza y frustraciones, ya que de manera absurda creí retrocesos, que de pronto se han ido convirtiendo en grandes oportunidades, veo un poco el fruto de lo que en momentos sin querer y en la torpeza de la costumbre coseche, tal vez frutos que jamás imagine ver crecer en mi huerta de casualidad.
Mi palabra acción de este año es GRACIAS, porque en este tremendo subi-bajas de encrucijadas, he dejado la ceguera de la candidez, comprobando dichosamente lo rica que soy y siendo honesta no tenia idea de la inmensidad de esta gran familia de incondicionales que tengo a mi lado aquí y a kilómetros de distancia.
Siento de nuevo con ganas de seguir adelante a pesar de todo lo que me imponga mi amigo el destino, aquellos obstáculos se traducen ahora en retos, he de atreverme a seguir el camino que me muestra la vida a pesar de todo aquello que tanto miedo me da.
Se que ignoro muchísimas cosas pero también se que ya no es tan difícil entender.
