Mami

Tres días de tu partida, no entiendo aún un mundo sin ti, sin tu amor, tu bondad, tu creatividad, tu inteligencia, la manera en que impactabas al mundo con gracia y luz, he pasado los días más terribles en mi vida y aunque siempre te decía lo mucho que te amo me falto decirlo mil veces más.

Hoy siento que no puedo con este dolor, estoy deshecha, soy un trapo, abatida pero esperando que te haya podido hacer feliz, lamento no haber podido darte más, poder abrazarte más y me doy cuenta que no serán nunca suficientes los momentos que estuvimos juntas, luchando, divirtiéndonos, trabajando, queriendonos tanto. 

Me haces tanta falta y a penas comienza este martirio de no poderte ver, abrazarte, hacerte cariños, sobar tus pies, platicar, comer juntas, tus travesuras, verte escribir mil recetas mientras miras la tele, tus risas y juegos, tu sencillez... 

Y heme aquí buscando tu consuelo de madrugada, llorando porque me haces falta, sin tener rumbo ni sentido, estoy perdida mami, no sé hacia donde ir, no sé que hacer sin ti, ¿qué sentido tiene todo esto?